La lluvia besa mi alma, la lluvia besa mi cara, mi cuerpo, mi corazón. Es la única que hoy me acompaña.
Solo ella sabe entenderme y abrigarme con sus gotas frías.
La única que me hace temblar, la que roza mi cuerpo. Aunque sea tan fría en este otoño.
Me siento triste, parece que tengo mucho vacío dentro que todavía no se explicar el por qué de ésto.
Sufrí mucho cuando era niñita y ahora tengo que cargar con ésto.
No sé por qué tengo que ser amiga de la lluvia, si puedo volver a casa, con la gente que me quiere y ama, y no precisamente en casa, acompañada, solo acompañada con las personas que me aman y ellos también podrán hacerme temblar con sus cálidas palabras o con sus manos calentitas
al rozar mis mejillas.
¿Por qué refugiarse bajo la lluvia helada, que me moja desde mis cabellos hasta las puntas de mis pies?
Me siento descubierta pero estoy vestida. Aunque yo no lo vea.
Estoy empapada y creo que voy a resfriarme y estaré mal.
Tendré que saber mucho más acerca de ésto. De que no es bueno refugiarse bajo la lluvia, de que mejor estar en una casa calentita y no llorar más.
En que es mejor refugiarse en las personas que me aman.
Y Estar vestida de Cuerpo, mente y alma.
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